Se trata de un ritual de consagración muy útil para todas las hierbas, utensilios y objetos nuevos que entren por primera vez en su vida mágica.
Si quieres infórmate más sobre cuales son los objetos primarios en la magia
Para necesidades más específicas, cómo cuando necesites consagrar una poción concreta antes de tomarla, diríjete directamente al elemento del ritual que estés practicando en ese momento.
Si necesitas consagrar una infusión para que te dé poder, es posible que debas dirigirte directamente al elemento fuego.
Pasos a seguir para consagrar sus utensilios:
- Prepárese para la magia y reúna los símbolos de los elementos.
Es recomendable que leas el artículo en el que explicamos en profundidad cuales son los símbolos de los elementos.
- Vierte un poco de agua en la copa, con una pizca de sal marina
(debe ser agua pura, que debes comprar embotellada o mejor aún cogerla de una fuente natural).
- Coloca delante tuya el objeto u objetos que quieras consagrar, entre el lugar donde te encuentres y los símbolos de los elementos.
Si has trazado el circulo en el suelo y los símbolos se encuentran en los cuatro puntos cardinales, siéntate de cara al este y coloca delante el objeto a consagrar.
- Con los ojos cerrados, relájate y concéntrate durante unos minutos.
Una vez tu mente esté serena y te hayas liberado de todas las preocupaciones, toma la planta, semilla u objeto con la mano izquierda, sosténla sobre el incienso y dí:
Este aire para hacerte libre
Luego, sostenga el objeto sobre el quemador, en el que debe haber una llama pequeña y dí:
Este fuego para darte vida
A continuación, tome el objeto con la mano izquierda, rocíelo con la derecha, utilizando el agua salada y dí:
Este agua para purificarte
Finalmente toma un puñado de arroz (o trigo, o tierra, según lo que utilice para simbolizar el elemento tierra) espárcelo sobre el suelo, delante de tuya, deposita el objeto encima y dí:
Esta tierra para dejarte ser
- Mientras pronuncias estas palabras, arrodíllate e inclínate hasta tocar el suelo con la frente.
En esta postura de abandono, siente como la tierra os acepta y os da la bienvenida, a tí y al objeto, y percibe la presencia de éste en el hogar de su espíritu.